A veces no somos conscientes de la multitud de tareas que realizamos.
Ni tampoco de la infoxicación que recibimos.
Diversos estudios estiman que una persona puede recibir entre 3000 y 5000 mensajes publicitarios, o consumir más de 30 gigabytes desde que nos despertamos.
Es demasiada información.
No es de extrañar, que haya días que uno prefiera quedarse en la cama:-)
Como muchas personas, he intentado poner mi granito de arena para intentar vivir en una sociedad mejor.
A veces nadando a contracorriente.
He sido como el fan de heavy metal que le gusta ir vestido de blanco.
Apasionado por la velocidad pero sin ir a mil por hora, sin conocer el destino.
Un día mi cuerpo me habló y no supe interpretar lo que quería decirme.
Desde entonces, hago un zapping mental seleccionando la información que me proporcione valor, sabiduría o simplemente entretenimiento.
Nuestro cuerpo y mente nos envían señales para bajar el ritmo. Debemos escuchar las alertas, antes de que sea demasiado tarde.
Demasiada información o dependencia a likes, a rrss, también nos puede generar un estrés crónico.
Es fundamental identificar de dónde viene y hacer los cambios necesarios en el estilo de vida.
Tuve suerte, en un momento muy difícil, de coincidir con mi amiga Patricia, farmacéutica.
Me recomendó probar una planta milenaria en la que llevaba meses realizando formulaciones.
Esa misma noche cuando la probé, mi vida se transformó como nunca hubiera imaginado. Con sólo unas gotas, mi ansiedad desapareció y dormí profundamente como hacía mucho tiempo…
Esta planta fascina a la comunidad científica por cómo mejora la salud física y mental de millones de personas:
