La avena tiene propiedades  antiinflamatorias y exfoliantes, entre otras. Absorbe la suciedad y los residuos naturales que se
acumulan en los poros. Evita la deshidratación.

Ayuda a calmar las
irritaciones de la piel, ya sea por alergias o daños causados por
quemaduras, marcas de heridas, exposición solar y demás.

Para definir el tipo de acción que plantas como el ginseng ejercen sobre
el cuerpo, los rusos usaron el concepto de "adaptógeno". Una planta
adaptógena, tiene la capacidad de transformar el organismo, aumentando su estado de resistencia para combatir el estrés y adaptarse a un esfuerzo excepcional
Hay pruebas clínicas que demuestran sus efectos 
neuroprotectores, combatiendo la fatiga y la depresión.

El agua termal es rica en oligoelementos por su naturaleza, aportando minerales esenciales que mejoran la actividad celular.

Gracias a sus antioxidantes naturales y activos principales, el agua termal concentrada aporta
una acción calmante, hidratante y de protección celular a la piel sensibles o con rosáceas.

La rosa mosqueta esconde en sus semillas, el secreto de la eterna juventud: un aceite rico en ácidos grasos esenciales, que estimula la renovación cutánea y suaviza la piel, previniendo, así, el envejecimiento cutáneo.

El aceite de semilla de rosa mosqueta es uno de los aceites más valiosos y eficaces para regenerar la piel. Sobre todo a partir de los 30, cuando la piel se va haciendo cada vez más exigente, con tendencia a seca.

Al tener propiedades hidratantes, emolientes y calmantes es un ingrediente ideal para el campo cosmético. Sobre todo, es un producto interesante por su concentración en ceramidas, lo que ayuda a reparar y restaurar la barrera cutánea. Además, gracias a sus propiedades antioxidantes, se considera un buen producto para prevenir arrugas y neutralizar los radicales libre.

Un verdadero aliado de la salud y la belleza de primordial importancia para la piel del rostro y el cuerpo. El aloe vera está repleto de ingredientes activos (minerales, vitaminas, enzimas, ácidos grasos) que ayudan a proteger la piel del sol y curar más rápido. De hecho, la planta tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas conocidas desde hace miles de años porque reduce las manchas en la cara, suaviza la post-depilación, regula la piel grasa, asegura contra el envejecimiento cutáneo, reduce las estrías. El aloe vera ayuda a fortalecer la elasticidad de la epidermis y también tiene una acción astringente para cerrar los poros y optimizar la opacidad de la piel.

La vitamina E es un grupo de vitaminas antioxidantes que atrapa los radicales libres que causan daño en las células de la piel.

Trabaja para neutralizar el daño de los radicales libres protegiendo la piel de la exposición a la luz ultravioleta, también ilumina y suaviza el tono de la piel. Así lo confirma Joshua Zeichner, director de investigación cosmética y clínica en dermatología en el Hospital Mount Sinai, en Nueva York: "Es una vitamina a base de aceite, por lo que es particularmente útil en el tratamiento de la piel seca y envejecida".

Se produce naturalmente en numerosos órganos y tejidos de nuestro cuerpo, encontrándose el 50% en nuestra piel. Una de sus propiedades más importantes es la capacidad para atraer y retener el agua, colaborando en la producción de nuestro propio colágeno y elastina.

Con el paso del tiempo el ácido hialurónico disminuye ene nuestro organismo. Es la razón por la que incluimos en ácido hialurónico para que recuperes la firmeza de tu piel y prevengas las arrugas.

Es uno de los antioxidantes más poderosos a la hora de combatir los radicales libres. Tiene propiedades nutritivas, de modo que aporta energía y contribuye a la formación de nuevas células, enzimas y proteínas, lo que se traduce en una piel más tersa y suave, previene las infecciones al destruir los microbios, por lo que se puede aplicar en pequeñas heridas de la piel.

Los beneficios asociados a la manteca de karité vienen de su composición, rica en ácidos grasos, vitamina E y triglicéridos, la parte grasa de la nuez de karité, que nutre y acondiciona la piel.

Gracias a su alto contenido en ácidos grasos y vitaminas, la manteca de karité es ideal para nutrir y suavizar la piel, además de mantenerla humectada. Funciona como un emoliente y puede ayudar, sobre todo, a la piel seca y/o sensible.

Su contenido en derivados triterpénicos estimulan la formación de fibroblastos, células que reparan los tejidos dañados por heridas; renueva los tejidos eliminando las líneas de expresión y las arrugas, favorece la producción de colágeno para mantener la juventud de la piel y su firmeza.

Tradicionalmente se ha usado como potente depurativo para eliminar el exceso de líquidos de nuestro organismo. Sin embargo, con el tiempo, se ha descubierto que tiene otras muchas propiedades: es rica en silicio, que contribuye a dar firmeza a la piel, además de en sales minerales, especialmente en sales de potasio, fósforo y calcio.